El dinero robado
Consigna: A partir de la anécdota de Chejov, contar un cuento. “Un/a ………………. (nombre o tipo de personaje), en .................. (lugar, ambiente, época), va a un/a …………………… ( situación, ambiente más concreto, institución), gana / hereda / accede / encuentra / roba / recibe / falsifica / etc un millón (o cifra grande), vuelve a ............. (lugar, ambiente, etc), se suicida “. El ambiente se puede elegir en el pasado, presente o futuro, también se puede variar el género (fantástico, de terror, de ciencia ficción, drama, cómico o paródico, policial, maravilloso, de iniciación), el tipo de protagonista y la trama de los hechos. Lo principal es que se vean las dos lógicas, la de la historia del dinero o riqueza descubierta y la del suicidio.
El dinero robado
Mark siempre había odiado el pueblo y hoy ya convertido en un ejecutivo exitoso, le resultaba todavía menos atractivo. No había vuelto desde aquel día en que la banda de Alexander fuera detenida, y la policía los pusiera bajo prisión por venta de drogas y estupefacientes.
Era una mañana calurosa y húmeda típica de los veranos de Texas. Mark había llegado la noche anterior con un solo objetivo, llevarse lo que le pertenecía. Sus otros dos socios ya no iban a pedir su parte, ya se había ocupado de ese problema.
Luego de una ducha y un desayuno mediocre, nada sorprendente si se trata de un hotel barato de pueblo, Mark tomo su auto y se dirigió a la casa de sus padres. Sus padres habían fallecido en un accidente hacia ya cuatro años. Ni el ni su hermana se habían querido ocupar de deshacerse de ella, ni de apórtale algún tipo de mantenimiento a lo largo de los años. Por lo que allí estaba deshabitada, olvidada y desmoronándose con el paso del tiempo.
Mark forzó el candado que se encontraba en la puerta trasera de la casa, debido a que se había perdido las llaves después de tanto tiempo. No costo mucho romperlo. Al entrar la humedad y el polvo acumulado, intensificados por el contraste de aire fresco que entro por la puerta abierta, lo hicieron toser y lagrimear. Las telas de araña se habían ocupado de cubrir gran parte de los objetos que seguían ahí dentro.
Se dirigió sin detenerse a la habitación que se utilizaba habitualmente para invitados. Todo estaba como lo recordaba. Y allí estaba el sillón verde de cuero que usaba su abuelo para sentarse y fumar su pipa. Corrió el sillón para despejar el piso debajo del mismo. Con pequeños golpes de sus nudillos ubico las maderas sueltas y huecas en el piso. Tironeo y removió de a una las seis tablas que cubrían el escondite. Y allí estaba la razón por la que había vuelto. Retiro el primer paquete. Recordaba haberle dado muchas vueltas con nailon y luego con cinta. Luego el segundo y el tercero hasta haber contado 25 paquetes. Cada uno contenía 100.000 dólares estadounidenses.
No necesitaba el dinero. Pero sabia que otros si lo iban a recibir con mucho gusto, ya que ese dinero no podía ser devuelto a sus reales dueños. Tomo los paquetes y sin siquiera volver al hotel por su bolso, tomo la ruta de vuelta a su actual casa.
Ya estaba todo pensado y organizado, en su casa organizo los paquetes tal como lo tenia planeado. Había buscado tres centros de rehabilitación y dos asociaciones que luchaban contra el narcotráfico. De alguna manera estaba devolviendo el dinero a quienes les pertenecía. USD 500 mil para cada uno.
Se sentó, tomo de un solo trago su whisky y, sin pensarlo dos veces, tomo el arma y se pego un tiro en la cabeza.
No podía hacer llegar el dinero sin que se descubrieran de donde había salido el dinero. El no pensaba ir a la cárcel por haber robado a unos narcotraficantes, y mucho menos por narcos que habían terminado con la vida de Chloe su novia y futura esposa. Ese dinero provenía de un negocio que había destruido muchas vidas y familias. Muchas... incluida la suya.
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