Carta de Darth Vader a Perón

Consigna: sigue el intercambio de cartas: a la carta que recibió el personaje que crearon, tienen que responder negándose a la propuesta. Para ello, tendrán que utilizar como recurso una metáfora y una ironía, además de contraargumentar lo que les propusieron, con todo otro procedimiento que encuentren útil.

 

Carta a Perón de Darth Vader

 

15 de julio de 1954

Una galaxia muy, muy lejana

 

 

Señor Perón,

Entiendo que usted se quería comunicar con Augusto Timoteo. Quiero informarle que se ha equivocado de destinatario. Ha recibido información errónea, no soy parte de un gremio, ni trabajo en una fábrica. Admito que cierta información es correcta, debido a que no resido en el mismo planeta que usted.

Dejando de lado ese tema, se refiere a mi persona como un amigo. Yo no soy amigo de usted, ni siquiera lo conozco. No permitiría que alguien inferior a mi me hable de esa manera, pero en este caso lo tomaré como una equivocación. Pero si lo vuelve a hacer, sepa que se encontrara en un sueño eterno, como muchos otros lo hicieron anteriormente.

Encontré un único asunto en su carta que no perdonaré. ¿Por qué se sintió con el derecho a darme consejos sobre temas que no debería? Sugiere que deje de lado al Imperio, debido a que está en contra del pueblo, y por ende de mi, pero no tomó en consideración que el Imperio soy yo, estoy informado acerca de todas sus decisiones.  No me pondría en contra del gobierno con el cual comparto ideales e intereses. Le recomiendo que no me trate de ignorante.

Si vuelvo a recibir noticia de usted se verá en una situación muy desafortunada; verá lo que implica usar la fuerza, y no la del pueblo.

 

Supremo Comandante de la Flota Imperial,

Darth Vader


Comments

  1. Buenos Aires, 09 de agosto de 1954
    Al Supremo Comandante de la Flota Imperial, Darth Vader.
    Estrella de la Muerte



    Excelentísimo Comandante: con mucha vergüenza he corroborado, tras recibir su respuesta a mi carta anterior, que había equivocado el destinatario. Verá, una persona de mi cercanía me había comentado de un incipiente sindicalista que me interesaría conocer; al preguntarle el nombre me contestó “Augusto Timoteo Vader”, equivocando el apellido. De ahí que yo haya dado con Usted. Al hacerlo, investigué antes un poco sobre su persona, no por querer entrometerme en sus asuntos sino por una cuestión de respeto; escribirle desde el desconocimiento hubiera incurrido una grave desconsideración hacia usted. Así como también lo hice, he de admitir, ya que alguien de su grandilocuencia se habrá jactado, con el objetivo de persuadirlo. Pero esto se debió, claro está, al error de destinatario. Fue por pensar que le escribía a un compañero del Partido que yo comando, y en particular a quien yo quería atraer aún más hacia mi persona que le hablé de la forma en que lo hice: dando consejos, imperativos y tratándolo de amigo, sin las muestras de respeto protocolares que ha de tenerse frente a un Supremo Comandante. Por todo esto le pido sinceras disculpas y ruego me perdone. Confío en que comprenderá mi error así como interpretará el tipo de discurso que empleé pensando que me dirigía a alguien que podía cooptar; entiendo que en su Galaxia hay también un joven a quien usted quiere llevar al Imperio. Podría decirse que, aunque en menor escala sin dudas, Vandor es a mí lo que Skywalker es a usted.

    Francamente, si me tomé el atrevimiento de dar consejo, junto a lo anterior, y al hecho de que yo soy igualmente Comandante en Jefe de un Estado, fue porque me interesó mucho el panorama en su Galaxia. La trayectoria que usted tiene, Lord Vader, es impresionante. Su política, aunque diste de la mía, es admirable, y es por eso que sería un honor para mí poder conocerlo personalmente. En lo que no me equivocaba en la anterior carta, al menos sigo pensando eso, es en que tenemos mucho de lo que podemos hablar.

    Aquí en la Tierra no hemos recibido ni visitado nunca a nadie de otra galaxia, ni siquiera de otro planeta de nuestro Sistema Solar; su visita sería un evento sin precedentes, tanto científica como políticamente. Y significaría un orgullo y un enorme mensaje simbólico de su parte en pos de la dignidad de los pueblos si su estadía fuera en la Argentina, nuestra Patria que, en medio de la enorme disputa mundial entre oriente y occidente, apuesta por una tercera vía, aquella que busca la justicia social, la libertad económica y la soberanía política. Nuestra reunión superaría cualquier Potsdam y llevaría mucha prosperidad a nuestros pueblos.
    Le ruego que, junto con mi saludo afectuoso, quiera aceptar mis mejores deseos.
    Firmado: Juan Perón

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